Pioneros en la creación de hoteles en Lampedusa, así como los primeros empresarios que iniciaron un sistema de acogida turística en la isla en la inmediata posguerra, los Martello son una familia de Lampedusa con visión de futuro que tuvo en Antonio a su ilustrado y valiente guía. Todo empezó por la intuición del padre de Antonio, el capitán Giovanni, que empezó a alquilar las primeras habitaciones de la isla en los años 60.

Una práctica continuada luego por su hijo, que subió el listón construyendo el primer hotel en Lampedusa, y que hoy continúa el negocio familiar no sólo en la isla, donde gestiona un hotel y un resort, sino también en la capital, donde nace el boutique hotel de Palermo.

Pasión, compromiso y ganas de crecer son los puntos fuertes de la empresa, que tiene como principal objetivo en el mundo del turismo la satisfacción de sus huéspedes, que debe alcanzarse gracias a una amplia gama de servicios y la cortesía del personal. Todas las instalaciones de alojamiento del grupo Martello Hotels satisfacen las necesidades de familias con niños, parejas y grupos. Lugares ideales para estancias relajantes en total libertad y en contacto con la naturaleza, pero también para reuniones de negocios memorables, donde sumergirse en la zona a través de itinerarios culturales, artísticos y enogastronómicos.

Todo ello, siempre en nombre de la profesionalidad de un personal discreto y eficaz, capaz de ofrecer la hospitalidad más auténtica. La marca “boutique hotel” define un estándar que revela inmediatamente una de las principales características de nuestros hoteles, es decir, el deseo de estar a escala humana, centrándose en la calidad del entorno y de los servicios, para que el huésped se sienta bienvenido y mimado en todo momento de su estancia, desde la llegada hasta la salida.

En la base de todo lo que hacemos hay un valor fundamental para nosotros, los sicilianos: la hospitalidad. El grupo Martello Hotels realiza un trabajo de actualización constante para interactuar con sus clientes y ofrecer un servicio completo e impecable.

Un compromiso que hunde sus raíces en una antigua tradición de hospitalidad, la misma que ha hecho (y sigue haciendo) de nuestra Sicilia un destino tan familiar y querido para quien decide visitarla.